Hace unas semanas, mi hija mayor (Ana Letizia de 06 años) me dijo que ella ya sabía porque no sonreía mucho. Yo le pregunte ¿porque? entonces con la sabiduría infantil me dijo: es porque tu papá se fue cuando tú eras pequeño y desde ahí te quedaste triste esperándolo.
En ese momento estuve a punto de quebrarme y llorar, pero decidí mover la cabeza y decirle que iba a intentar sonreir un poco más, evadiendo su acertado comentario o análisis de mi niñez.
No puedo negar lo evidente, hoy a mis 37 años me sigo cuestionando muchas cosas que pasaron, entre esas, la ausencia de mi padre desde los 09 años. Fue un golpe muy duro por varios motivos que ahora no voy a analizar. Sin embargo recuerdo que desde su partida busque refugios, no solo en mi madre y algunos tíos, sino en personajes que me hicieran pensar en lo linda que es la vida y la alegría.
Por ejemplo recuerdo las bromas y sketchs del "Chavo del Ocho" con su elenco original. Para mi son lo máximo! Me hacen recordar que a veces mi padre y yo veíamos juntos la serie de bromas y escenas. Yo lo veía reir, y era contagioso.
Otro personaje que evoco en mi memoria es el cantante Michael Jackson y sus bailes. También lo vimos juntos y yo trataba de imitarlo sin conseguirlo. No importaba porque mi padre se reía de eso.
El futbol en esos años, también fue otra fuente de inspiración en nuestra relación. Mi padre me llevó por primera vez al Estadio Nacional para ver un partido de la selección. Yo me sentía Cubillas o Cueto. Jugábamos en el patio de la quinta donde vivíamos o en una vereda. Disfrutaba del futbol a mi manera y sabía que ese gol de Juan Carlos Oblitas ante Argentina (1985), merecíamos gritarlo juntos.
Que ese golazo histórico de Diego A. Maradona ante los ingleses, cuando se llevó a la mitad del equipo, también debimos verlo en la casa juntos.
Si alguna vez vi cocinar a un hombre en mi vida, fue a él. La mayoría de veces lo hacía solo, es verdad. El primer cebiche que probé fue con él en la casa grande de Surquillo. Intenté aprender, pero era cosa de grandes y había fuego de por medio.
Si decidí ser periodista y salir al aire en la radio (al inicio) fue en parte por las habilidades que tengo, y por otra, porque deseaba fervientemente que mi padre estuviera escuchando en algún lugar mi voz. Pensaba que esa era una forma de llegar a él, ya que cada vez estaba más lejos de mí.
Todos esos recuerdos me atrapan ahora y me hacen pensar que esos 09 años de convivencia fueron únicos, irrepetibles e imborrables. Tal vez por eso mi hija si tiene razón. Mi sonrisa se borró hace años, pero he decidido que ya es hora de que vuelva con la fuerza de antaño y dejar de lado las caretas e impostaciones de hombre viejo.
06/09/2012