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domingo, 28 de octubre de 2012

Abraham, evocando el ayer y mirando el mañana

Hace unas semanas, mi hija mayor (Ana Letizia de 06 años) me dijo que ella ya sabía porque no sonreía mucho. Yo le pregunte ¿porque? entonces con la sabiduría infantil me dijo: es porque tu papá se fue cuando tú eras pequeño y desde ahí te quedaste triste esperándolo.
 
En ese momento estuve a punto de quebrarme y llorar, pero decidí mover la cabeza y decirle que iba a intentar sonreir un poco más, evadiendo su acertado comentario o análisis de mi niñez.
 
No puedo negar lo evidente, hoy a mis 37 años me sigo cuestionando muchas cosas que pasaron, entre esas, la ausencia de mi padre desde los 09 años. Fue un golpe muy duro por varios motivos que ahora no voy a analizar. Sin embargo recuerdo que desde su partida busque refugios, no solo en mi madre y algunos tíos, sino en personajes que me hicieran pensar en lo linda que es la vida y la alegría.
 
Por ejemplo recuerdo las bromas y sketchs del "Chavo del Ocho" con su elenco original. Para mi son lo máximo! Me hacen recordar que a veces mi padre y yo veíamos juntos la serie de bromas y escenas. Yo lo veía reir, y era contagioso.
 
Otro personaje que evoco en mi memoria es el cantante Michael Jackson y sus bailes. También lo vimos juntos y yo trataba de imitarlo sin conseguirlo. No importaba porque mi padre se reía de eso.
 
El futbol en esos años, también fue otra fuente de inspiración en nuestra relación. Mi padre me llevó por primera vez al Estadio Nacional para ver un partido de la selección. Yo me sentía Cubillas o Cueto. Jugábamos en el patio de la quinta donde vivíamos o en una vereda. Disfrutaba del futbol a mi manera y sabía que ese gol de Juan Carlos Oblitas ante Argentina (1985), merecíamos gritarlo juntos.
 
Que ese golazo histórico de Diego A. Maradona ante los ingleses, cuando se llevó a la mitad del equipo, también debimos verlo en la casa juntos.
 
Si alguna vez vi cocinar a un hombre en mi vida, fue a él. La mayoría de veces lo hacía solo, es verdad. El primer cebiche que probé fue con él en la casa grande de Surquillo. Intenté aprender, pero era cosa de grandes y había fuego de por medio.
 
Si decidí ser periodista y salir al aire en la radio (al inicio) fue en parte por las habilidades que tengo, y por otra, porque deseaba fervientemente que mi padre estuviera escuchando en algún lugar mi voz. Pensaba que esa era una forma de llegar a él, ya que cada vez estaba más lejos de mí.
 
Todos esos recuerdos me atrapan ahora y me hacen pensar que esos 09 años de convivencia fueron únicos, irrepetibles e imborrables. Tal vez por eso mi hija si tiene razón. Mi sonrisa se borró hace años, pero he decidido que ya es hora de que vuelva con la fuerza de antaño y dejar de lado las caretas e impostaciones de hombre viejo.
 
06/09/2012
 

sábado, 27 de octubre de 2012

Tres días y más...en el hospital.

Tres días y dos noches en el hospital donde antes yo me encontraba con la que hoy es mi esposa. Lo usaba como punto de referencia ya que ella vivía en Ate y yo en La Molina. Me parecía un punto medio para los dos. Han pasado casi 08 años y tras dos hijas, un matrimonio y varias mudanzas; este hospital nos ha visto desfilar a los cuatro miembros de mi familia.
 
En esta ocasión, setiembre-2012, fue mi turno. La vesicula llena de cálculos me ha llevado a que esté en la lista de espera para una cirugía que tarda por la huelga del personal médico de Essalud. Son 72 horas de ayuno obligatorio, hasta que llegue la hora crucial. La pregunta que me hago es ¿tendré la suficiente paciencia para seguir esperando este desenlace?
 
Por momentos siento que es una "carcel dorada", donde te asignan una habitación, lo que equivaldría a una celda, luego el uniforme de Essalud, es decir un pantalón y camiseta blanca. Te levantan a las 5:20 am para que te bañes con agua helada, tras ello arrancan las medicinas en la vena y luego las visitas de los médicos de turno que te evalúan.
 
Algunos galenos vienen con sus practicantes. De 5 a 8 pm es el momento de las visitas de familiares, algo así como "la hora del lonchecito" pero sin poder compartir ni agua o galletas (está prohibido) A eso de las 10 pm se apagan las luces y a dormir si puedes.
 
Existen otros ingredientes como la radio que utilizan las enfermeras. Sus preferencias van de Radio La Inolvidable, Oasis, y San Borja. Nunca escuchan RPP, tal vez en época de huelga está prohibida o podría ser por la tranquilidad de los pacientes. La radio solo la apagan a partir de la medianoche.
 
Capítulo aparte es el área de los niños donde los gritos y rabietas son moneda corriente, sobretodo a la hora del baño, las inyecciones o las nebulizaciones.
 
De todo lo novedoso que he visto en estos días es que cada paciente adulto tiene su celular a la mano. Desde allí puede quejarse o expresar su malestar o esperanzas de su tratamiento. Incluso algunos siguen despachando cosas de la oficina. Es la modernidad en salud.